miércoles, 4 de febrero de 2015

4 de Febrero de 1992

El 4 de febrero de 1992 ocurrió una Insurrección Cívico-Militar liderada por el comandante Hugo Chávez / La llamada Operación Zamora se escenificó en los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal (actual Distrito Capital), desde las 3:00 pm del 3 de febrero de 1992.

El 4 de febrero, junto a la posterior insurgencia del 27 de noviembre de ese mismo año, marcó el punto más alto de las luchas sociales y políticas del período 1989-1993/ "Compañeros: lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados (…) vendrán nuevas situaciones”, aseguró el comandante Chávez
El 4 de febrero de 1992 ocurrió una Insurrección Cívico-Militar que se desarrolló simultáneamente en las principales ciudades del centro-occidente del país. Además de los comandantes a cargo de las operaciones –Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Miguel Ortíz Contreras–, unos 14 mayores, 54 capitanes, 67 subtenientes, 65 suboficiales, 101 sargentos de tropa y 2.056 soldados alistados, tomaron parte en el movimiento militar. Asimismo, grupos pequeños de civiles provenientes de distintas organizaciones de izquierda venezolanas participaron en la acción.

La rebelión cívico-militar

La llamada Operación Zamora se escenificó en la zona centro-occidental de Venezuela, en los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal (actual Distrito Capital), desde las 3:00 pm del 3 de febrero de 1992, hasta aproximadamente las 3:30 pm del día siguiente. Alrededor de 2.300 efectivos militares –300 oficiales y un poco más de 2.000 soldados que portaban una banda tricolor en el brazo– fueron movilizados para deponer al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, que regresaba del foro económico de Davos.
El eje del movimiento insurgente fue el entonces Distrito Federal (actual Distrito Capital), donde se concentran tradicionalmente los poderes públicos en Venezuela. Allí, desde las 11:00 pm del 3 de febrero, se escenificaron los enfrentamientos más intensos.
La base de operaciones de los insurgentes, comandados por el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, estaba en el Museo Militar, en el 23 de Enero.
Los principales puntos estratégicos de la capital, que sirvieron de escenario para las operaciones, fueron: la Residencia Presidencial La Casona, el Palacio de Miraflores, el Fuerte Tiuna, las Comandancias Generales del Ejército y la Armada, el Comando Regional número 5, el Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional, la sede de la Disip en el Helicoide, la sede de la Comandancia de la Policía Metropolitana en Cotiza, la sede de Venezolana de Televisión en los Ruices y la Base Aérea Francisco de Miranda.
Una combinación de suerte y la oportuna reacción de sus ministros salvaron a Carlos Andrés Pérez de la captura y el derrocamiento. A su regreso de Suiza, fue recibido en el aeropuerto por el Ministro de la Defensa, general Fernando Ochoa Antich, y el Ministro de Interiores, Virgilio Ávila Vivas. Ya en la residencia presidencial, Pérez decidió trasladarse al Palacio de Miraflores tras una llamada de Ochoa Antich, quien le informó de la insurgencia en el Zulia. Gracias a esa súbita decisión logró evadir a los insurgentes, quienes estuvieron a pocos minutos de capturarlo.
En consecuencia, a la medianoche, varios tanques y una unidad de paracaidistas intentaron tomar el Palacio de Miraflores. Pérez escapó nuevamente, esta vez hacia la sede de Venevisión, canal de televisión propiedad de su socio de décadas, Gustavo Cisneros. Desde allí condenó la rebelión, cerca de la 1:00 de la madrugada del 4 de Febrero.

En Maracaibo la revolución se manifestó así:

Francisco Arias Cárdenas, comandante del grupo de artillería misilística "José Tadeo Monagas", tomó a medianoche la casa del dirigente copeyano Oswaldo Álvarez Paz, gobernador del estado Zulia y se proclamó gobernador militar de la región, comunicando a través de la radio los motivos y razones de la insurgencia.
Entre los principales puntos tomados en la región estaban: el puente sobre el Lago de Maracaibo, el Cuartel Libertador, los Destacamentos 33 y 35 de la Guardia Nacional, el Cuartel de Patrulleros de la Policía del Estado, la sede de la Disip, instalaciones petroleras de la Costa Oriental del Lago, y el canal 2 de televisión.

La rebelión en Aragua y Carabobo:

En Maracay, al mando del Teniente Coronel Jesús Urdaneta Hernández y del Teniente Coronel Jesús Ortiz Contreras, se sublevaron 3 batallones de la 41ª Brigada de Infantería Paracaidista, el Batallón “García de Sena” y el Batallón de Cazadores “General Vásquez”. Los combates de mayor intensidad ocurrieron en el Cuartel Páez, a dos cuadras del Palacio de Gobierno, en el Cuartel La Placera y en la base Libertador. Los rebeldes no lograron tomar la base ni apropiarse de los aviones.
En la guarnición de Valencia se movilizaron el Batallón Blindado “Pedro León Torres”, el grupo de Artillería de Campaña Lara, el batallón de apoyo “José G. Lugo”, la Compañía de Comunicaciones y una Compañía de Honor. Durante unas 15 horas, los "insurrectos" como fueron llamados, tomaron puntos estratégicos como el Comando Regional N° 2 de la Guardia Nacional.
La sangrienta retoma del Palacio de Miraflores por parte de tropas del gobierno, a las 4:00 am, y el escape de Pérez, determinaron el fracaso de la operación, cuyo eje era la toma del centro del poder político.
En la mayor parte del país, incluso en Caracas y sus alrededores, existía una gran confusión informativa y los rebeldes no tenían forma de comunicarse con la población en general; las únicas informaciones disponibles venían del gobierno y de las televisoras privadas.
Para evitar un desenlace sangriento, como los ocurridos décadas atrás en Barcelona y Carúpano, se entregó el líder de la operación, el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías. Pero la derrota militar se convirtió en una histórica victoria política de corto y largo plazo.
El mismo 4F, y como parte de las condiciones de la rendición, se transmitió un mensaje de Hugo Chávez, cuyo propósito era reconocer el fracaso del movimiento insurgente y desmovilizar las fuerzas del Zulia, Aragua y Carabobo, a fin de evitar un mayor derramamiento de sangre. Pero al darle la libertad al líder de la insurgencia para expresarse sin que sus palabras fueran previamente grabadas y editadas, éste dio un mensaje de importantes consecuencias políticas. Saludó con calma a los venezolanos, se identificó como “el Comandante Chávez”, felicitó en los mejores términos a sus subordinados, reconoció la derrota "por ahora" del movimiento rebelde, asumió su responsabilidad en el alzamiento, se refirió a la posibilidad de “nuevas situaciones” para encaminar al país a un futuro mejor y entró en el imaginario colectivo presentando su insurgencia como bolivariana, es decir bajo los principios del Libertador Simón Bolívar.
"En primer lugar quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela” (…) "Compañeros: lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder” (…) "vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un camino mejor”.
De esta manera se convirtió, en pocos segundos, en el rostro y la voz más conocida de Venezuela en las dos décadas siguientes y quedó en evidencia que el "liderazgo" político y militar Puntofijista cometió uno de los errores políticos más importantes de la historia moderna de Venezuela.








ERIKA RODRIGUEZ
MILEIDI FUENTES
FACILITADORAS


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