El catire Páez, como se le llamaba, nació en Curpa cerca de la
población de Acarigua, en el Estado Portuguesa, el 13 de junio de 1790.
Sus Padres, naturales ambos de San Felipe, Estado Yaracuy, fueron Juan
Victorio Páez y María Violante Herrera.
Apenas aprendió a leer y
escribir, cuando a los ocho años lo envió su madre a la escuela de doña
Gregoria Díaz, en la población de Guama. Cuando tenía 17 años, su madre
lo envía a una importante misión en Patio Grande, cerca de Cabudare.
Llevaba una espada vieja, un Par de Pistolas de bronce, bastante
deterioradas y doscientos pesos para gastos personales.
De regreso
de su misión, cuando pasaba por Mayurupí lo asaltaron cuatro forajidos.
Pero apenas salió a su paso el que parecía jefe de los salteadores, Páez
disparó su arma y lo mató de un tiro. Los demás huyeron.
José
Antonio regresó a su casa, pero pensando que la justicia lo alcanzaría,
se decidió a huir; fue así como de pronto se encontró en la hacienda La
Calzada, en las riberas del Apure. En esta propiedad del rico barinés
Manuel Pulido consiguió trabajo el fugitivo, ganando tres pesos
mensuales, y recibiendo las Mayores humillaciones del capataz, un negro
esclavo llamado Manuelote. Allí se hizo de verdad llanero el joven de
Curpa. Aprendió a nadar, a domar potros salvajes, a montar a caballo, a
enlazar toros.
De allí pasó al hato del Pagüey, también de Pulido,
donde se dedicó a la compra y venta de ganado, dejando de lado la
condición de peón, ya que Pulido había descubierto en él capacidades
para labores más importantes. Durante esta época, Páez fue adquiriendo
tierras y ganado, con lo que formaría su futura fortuna.
Cuando
estalló la revolución en 1810, Pulido llama a Páez para que le ayude en
el Entrenamiento de los llaneros, que con el tiempo van obedeciendo
ciegamente al que llamaban «taita» o tío. En esta época se casó con
Dominga Ortiz.
Más tarde volvió a encontrarse con don Manuel Pulido,
quien otorgó a Páez el grado de Capitán. Las verdaderas hazañas de Páez
comienzan en «Mata de la Miel».
Luego viene la acción del Yagual,
memorable batalla en que Páez, siendo apenas Teniente Coronel, tiene
bajo sus órdenes a los Generales Rafael Urdaneta y Manuel de Servier; al
Coronel Francisco de Paula Santander y a ocho coroneles más.
En las
sabana de Mucuritas, el 28 de enero de 1817, los llaneros de Páez, que
suman 1.100, se enfrentan al General La Torre con sus disciplinados y
bien plantados Húsares. Esta fue la primera derrota del General Morillo
en Venezuela.
Decidió Bolívar viajar a los llanos para conocer a
Páez. El encuentro se realizó en el hato Cañafistola, el 30 de enero de
1818. Páez hizo que todo su ejército reconociera al Libertador como Jefe
Supremo y pidió que se jurara fidelidad a Bolívar.
El 2 de abril de
1819 fue la increíble batalla de las Queseras del Medio. Al terminar la
acción, Bolívar que había presenciado todo desde la otra orilla del
río, no pudo menos que conceder la Cruz de los Libertadores a los 150
héroes. En 1821 se rompe el armisticio que se había firmado en 1820.
Reanudadas las hostilidades, Páez, acatando las órdenes del Libertador,
salió de Achaguas el 10 de mayo de 1821 con mil infantes, 1.500 jinetes,
dos mil caballos de reserva y 4.000 novillos. Se incorporó al ejército
del Libertador en San Carlos, donde se terminó de planificar la batalla
de Carabobo. Páez comandó una de las tres Divisiones que actuaron en esa
gloriosa batalla, el 24 de junio de 1821. Se decidió la acción en una
hora, a favor de la bandera venezolana.
En el propio campo de
batalla Bolívar asciende a Páez a General en Jefe. El remate final de la
independencia de Venezuela lo pondrá el mismo Páez, cuando el 8 de
noviembre de1823 toma el Castillo de Puerto Cabello, último reducto de
los realistas en el país.
Empieza ahora otra etapa en la vida del
General Páez. Se desempeñaba como Jefe Civil y Militar de Venezuela,
cuando en mayo de 1824 el Congreso de Colombia decretó una recluta de
cincuenta mil hombres, ante el peligro de que la Santa Alianza pudiera
invadir las Repúblicas ya libres. El cumplimiento de este decreto por
parte de Páez va a originar La Cosiata.
Ante la promesa de que el
Libertador, que se encontraba en el Perú, vendría a ser el árbitro, Páez
insiste en que vuele lo más pronto posible a Venezuela.
Llega el
Libertador, y el 1º de enero de 1827, desde Puerto Cabello, dicta un
decreto mediante el cual se olvidará lo pasado y se mantiene a Páez en
el ejercicio del poder con el nombre de Jefe Superior de Venezuela.
En 1829 se reúne una asamblea en el templo de San Francisco en Caracas, y
allí se decidió mayoritariamente la separación definitiva de la Gran
Colombia. Páez convocó un Congreso, que se reunió el 6 de mayo de 1830.
El 22 de septiembre se firmó la primera Constitución de Venezuela,
separada de la República de Colombia.
Cuando en marzo de 1831 se
instaló el Congreso Constitucional, Páez fue nombrado primer Presidente
Constitucional de Venezuela para un período que culminó en1835. En este
año es electo José María Vargas como Presidente. A poco de su mandato,
se inicia la llamada Revolución de las Reformas y Vargas es depuesto del
Poder. Páez, que se había retirado a descansar, es nombrado para que
organice un ejército y defienda la Constitución. Nuevamente descuelga la
espada el Centauro y en rápida campaña repone en la Presidencia al Dr.
Vargas.
Al concluir este período, el Congreso escoge como Presidente
otra vez a Páez, quien en este período sí logra traer a Caracas los
restos del Libertador, en 1842.
En 1847 es electo Presidente José
Tadeo Monagas, con el apoyo de Páez. Y al año siguiente, el 24 de enero,
ocurre el lamentable atentado del Ejecutivo contra el Congreso
Nacional. Entonces Páez se ve obligado a batirse en defensa de la
Constitución, pero con tan mala fortuna, que tuvo que internarse por
Nueva Granada hasta Santa Marta, para de allí pasar a Jamaica, Saint
Thomas y Curazao. Desde esta isla zarpó el 1º de julio de 1849 y al día
siguiente estaba en la Vela de Coro. La escasez de tropas, de municiones
y de alimentos hizo imposible que Páez se enfrentara con buen éxito a
las tropas del Gobierno.
Propuso entonces Páez una capitulación,
pero sus artículos fueron violados por Monagas. El caudillo terminó
preso en el Castillo de San Antonio, en Cumaná. Después de muchas
penalidades logró que lo dejaran salir al exterior. Se embarcó en el
vapor «Libertad» y llegó a Saint Thomas el 28 de mayo de 1850.
Desde
esta isla se dirigió a Filadelfia, donde fue recibido con
demostraciones de admiración y cariño, luego se encaminó a Nueva York.
En este puerto se le preparaba un recibimiento apoteósico que aún
recuerdan los anales de la historia norteamericana En Boston y en
Washington recibió los mismos honores.
Cuando los Monagas caen en
desprestigio, tras su Gobierno dinástico, es llamado nuevamente Páez a
Venezuela. Ya está viejo, pero repleto de salud. El pueblo caraqueño se
vuelca a recibirlo en las calles. ¡Vuelve el Centauro! Se le nombra
Dictador, pero la situación es difícil. Falcón se ha impuesto con la
Guerra Federal y las circunstancias le hacen firmar el Tratado de Coche.
Sale nuevamente Páez al destierro. Tiene el caudillo 73 años de edad.
En Nueva York vuelven a honrarlo. De allí pasa a Buenos Aires con la
intención de dedicarse al trabajo de cueros de ganado. Pero el
Presidente de ese país, el gran Domingo Faustino Sarmiento, le confiere
el grado de Brigadier General.
De Buenos Aires sale hacia Río de
Janeiro en 1871; de aquí pasa nuevamente a Estados Unidos. En Nueva York
muere el viejo caudillo el 6 de mayo de 1873, a los 83 años de edad.
Su vida fue una constante lucha contra la naturaleza, contra los
hombres. Durante sus exilios recogió la más viva admiración no sólo en
Estados Unidos sino también en Europa, alternando con Reyes y Príncipes.
Sus restos reposan en el Panteón Nacional.
FACILITADORAS MIRIAM ROJAS Y MILEIDI FUENTES