Nace en Cumaná el 3 febrero 1795.
Muere en las Montañas de Berruecos el 4 Junio 1830.
Antonio José de Sucre fue uno de los héroes de la
independencia latinoamericana más laureados y admirados. Se destacó como
militar en las numerosas victorias que logró en los campos de batalla
evidenciando su talento innato para dirigir tropas. De esta manera
consiguió triunfos fundamentales para liberar al continente del dominio
español, siendo la batalla Ayacucho su mayor obra bélica. Como político
ejerció la presidencia de Bolivia y se preocupó por los servicios
públicos y el correcto funcionamiento de la administración pública. Fue
riguroso en el cumplimiento de las penas por crímenes o hechos de
corrupción pero fue piadoso y justo con los vencidos.
También impulsó causas relacionadas con la abolición de
la esclavitud y un mejor trato hacia los indígenas. Además resaltó como
diplomático a la hora de participar activamente en el Armisticio de
1820. Fue una de las figuras más completas de la época independentista.
Juventud y rol en la Independencia
Antonio José de Sucre nació en Cumaná el 3 de febrero
de 1795. Sus padres fueron el teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y
María Manuela de Alcalá y Sánchez. A los 7 años presenció la muerte de
su madre. Fue educado hasta los quince años por su tío José Manuel.
Luego estudió matemáticas y fortificaciones en la escuela de Ingenieros
de Caracas en 1808. En 1810 ascendió a la posición de alférez del ejército.
Martín Tovar y Tovar: Batalla de Ayacucho
En 1812 fue ascendido a teniente bajo el mando de Francisco de Miranda, sirviendo con distinción en las campañas contra los realistas. Al caer la primera repúblima emigró a Trinidad, de donde regresó en 1813, bajo las órdenes de Santiago Mariño.
Durante ese periodo contribuyó a organizar el Ejército de Oriente
siendo ascendió al rango de teniente coronel. Para el año siguiente
presenció la unión de las fuerzas de Occidente y Oriente en los valles
de Aragua
No obstante su ejército fue derrotado y debió exiliarse en las
Antillas. Regresó para proseguir con los esfuerzos de la causa de la
Independencia y para 1815 pasó a combatir en Guayana y El Orinoco. Posteriormente fue designado Comandante de la provincia de Cumaná. En 1817 fue nombrado Coronel por parte de Simón Bolivar y en 1818 se dirigió a Angostura, donde El Libertador emplazó su Cuartel General y ofreció su Discurso de Angostura.
Allí se convirtió en uno de los mejores y más cercanos lugartenientes
de Bolívar, iniciándose entre ellos una duradera amistad. Prosiguió su
ascenso militar y para 1819 fue designado General de Brigada por
Francisco Zea, presidente del congreso venezolano, y ratificado un año
después en su cargo por El Libertador.
Victorias militares y presidencia boliviana
En 1820, como parte del Armisticio firmado entre Bolívar y Morillo,
redactó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra. Este
documento fue de vital importancia porque puso fin a la crueldad de la Guerra a Muerte y en el Sucre fijó las bases para el trato humanitario que debían
recibir los vencidos por parte de los vencedores a partir de cualquier
conflicto futuro. Por ello es considerado como pionero de los derechos
humanos. En 1821, fue nombrado Jefe del ejército del Sur de Colombia, en
donde logró la independencia de las provincias de Ecuador en las
batallas de Río Bamba y Pichincha. Participó en la batalla de Junín y
ganó la batalla de Ayacucho en 1824, al mando del ejército unido, con lo
cual logró el título de Gran Mariscal de Ayacucho. En 1825, ocupó el
territorio del Alto Perú, que se independizó del gobierno de Buenos
Aires, adoptando el nombre de Bolivia. El congreso del recién fundado
país, encargó a Bolívar la elaboración de su constitución.
Capitulación de Ayacucho
Fue el primer presidente vitalicio de Bolivia, cargo
que ocupó por dos años. Desde allí promovió varias políticas: entre
ellas la libertad de los esclavos y el reparto de tierras a los indios.
No obstante, ante la presión de los peruanos, que se oponían a la
independencia boliviana, y a los varios motines que se sucedieron a
continuación, el Gran Mariscal de Ayacucho decidió renunciar a la
presidencia en 1828.
Se retiró de la vida pública partiendo a Ecuador
acompañado de su hija y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara,
marquesa de Solanda. Sin embargo ese mismo año la república peruana y la
colombiana se enfrentaron por disputas territoriales y, esta última,
solicitó nuevamente la ayuda de Sucre. Fue así como en 1829, y a la
cabeza de los ejércitos grancolombinos, derrotó a las fuerzas peruanas
en la batalla de Tarqui.
Esfuerzos finales por salvar a Colombia y muerte
A continuación se encaminó hacia Bogotá, país que se
encontraba en proceso de desintegración. En la reforma constitucional de
1830, que impulsó el Congreso Admirable para la Gran Colombia, sus
enemigos lograron promulgar una norma que estipulaba que para ser
presidente o vicepresidente se debía tener 40 años (Sucre tenía 35).
Posteriormente formó parte de la comisión que viajó a Venezuela para
conciliar a las partes y evitar la sedición; sin embargo las
conversaciones no prosperaron y debió regresar.
Como lo expresa muy bien el historiador Tomás Polanco
Alcántara, "el símbolo de la continuidad de Bolívar era Antonio José de
Sucre. Paulatinamente, por su talento personal, por sus dotes
intelectuales y por su espíritu altivo, digno y limpio, Sucre se fue
convirtiendo en el complemento indispensable de Simón Bolívar. [...]
Respetado por los argentinos, los chilenos y los peruanos, admirado por
los bolivianos y quiteños, sin enemigos en Venezuela y en la Nueva
Granada y con todos sus antecedentes, Sucre estaba destinado a ser el
natural sucesor de Bolívar".
Muerte de Sucre en Berruecos
Sin embargo eso no sucedería. De camino a Quito, adonde
iba a reunirse con su familia, fue emboscado y asesinado el 4 de junio
de 1830 en la sierra de Berruecos, ubicada en Colombia. Se le atribuye
su muerte a José María Obando, jefe militar de la provincia de Pasto.
Al escuchar las noticias de su muerte Bolívar dijo: "Lo han matado
porque era mi sucesor".
FACILITADORA : MILEIDI FUENTES