El
29 de mayo de 1948 se declaró al Araguaney como Árbol Nacional. El Araguaney es
un árbol autóctono y su altura oscila entre 6 y 12 metros. Su tronco es recto,
cilíndrico y de unos 60 centímetros de diámetro. La floración se presenta
durante los meses de febrero a abril cuando está completamente desprovisto de
hojas. Las semillas están maduras al comenzar las lluvias, lo que permite la
germinación en un gran número de semillas.
El
25 de mayo también es el día del árbol aunque existe una resolución del
Ministerio de Educación del año 1951 en que se dispone celebrar la Semana del
Árbol tomando como Día del Árbol al último domingo del mes de mayo.
Debemos
recordar lo necesario que son los arboles como recursos naturales que nos
ofrecen la purificación de la atmósfera, la regulación del curso de las aguas,
atemperar el clima, enriquecer nuestros suelos, dan alimentos y belleza. Sin
ellos no sería posible la vida en el planeta. Debemos cuidarlos y sembrar
muchos más para garantizar su futuro en nuestro suelo.
Con
la hermosa frase La primavera de oro de los araguaneyes identificaba
Rómulo Gallegos la llegada de la primavera en los llanos y sabanas de
Venezuela. Y es que, «en el período de la floración todo el campo, todos
los caminos toda la geografía patria parece rendir pleitesía a la
belleza de este árbol que luce en el bosque, a lo largo de nuestros
caminos, en el interior de nuestras viviendas, como una diadema de oro.
Es que el araguaney se hizo emblema del pueblo venezolano».
FACILITADORA: MIELIDI FUENTES
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