23 de
Enero fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez
Un
día como hoy, el 23 de enero de 1958, en la madrugada, Marcos Pérez
Jiménez huye de Caracas en el avión presidencial rumbo a Santo
Domingo (Dominicana), al no poder vencer la insurrección del pueblo
y comprobar que se había derrumbado el respaldo militar que sirvió
de base a su gobierno. En el avión, piloteado por el mayor José
Cova Rey, acompañaron a Pérez Jiménez, su esposa, sus tres hijas,
su suegra; Luis Felipe Llovera Páez, Pedro Gutiérrez Alfaro,
Antonio Pérez Vivas, Raúl Soulés Baldó, y el testaferro Fortunato
Herrera.
En las últimas horas
de la noche anterior, Pérez Jiménez había recibido noticias
desalentadoras. La rebelión popular en Caracas no sólo no había
sido sofocada sino que se extendía al interior del país. Siguiendo
las directivas de la Junta Patriótica, brigadas de jóvenes
mantenían en jaque a la policía y a la Guardia Nacional, cuyos
efectivos habían perdido el control de todos los sectores de la
ciudad, con excepción del centro, alrededor del Palacio de
Miraflores. Descargas de armas cortas y largas resonaban por los
cuatro costados, y mientras los incendios se propagaban por Caracas,
varias ciudades del interior se sumaban a la huelga general.
Las informaciones
militares no podían ser peores. Los buques de la Marina de Guerra,
que Pérez Jiménez suponía paralizados en el puerto de La Guaira
(Vargas), habían zarpado y se encontraban en Puerto Cabello
(Carabobo) aprovisionando de municiones a sus poderosos cañones de
40 mm. Las baterías antiaéreas y de campaña que había enviado
para evitar su movilización se habían pasado a favor de la
rebelión. La orden al batallón Carabobo de Valencia para ocupar las
instalaciones navales de Puerto Cabello no surtió efecto, y su
comandante aseguró a la base naval y a los buques de la escuadra que
no cumpliría las órdenes de Miraflores. El comandante del batallón
Bolívar informó a Pérez Jiménez del alzamiento de la Escuela
Militar (Caracas), cuyos cadetes habían tomado posiciones de combate
en los alrededores.
La gota que derramó
el vaso vino del interior. Llovera Páez informó a Pérez Jiménez
del alzamiento del cuartel de Barcelona (Anzoátegui). Rafael Pinzón
preguntó: "¿Qué significación militar tiene ese
alzamiento?". Llovera responde: "Militarmente muy poco. Ese
cuartel tiene pocos efectivos, pero el problema es otro. Ese
alzamiento obliga a las otras guarniciones a decidirse entre rebelde
y leales. Es la guerra civil". Pérez Jiménez, que lo oye, está
silencioso y sombrío. Ordena al edecán naval llamar a la
Comandancia de la Marina: "Dígales que quiero parlamentar y que
vengan a Miraflores". La respuesta no se hace esperar: "No
es tiempo de parlamentar". Pérez Jiménez insiste. La misma
respuesta. Llama ahora a la Escuela Militar: "Dígales a los
oficiales que si hay algún problema que vengan a Miraflores.
Hablando podemos arreglarlo". La respuesta es también negativa.
Mientras tanto a las
puertas del despacho presidencial un grupo de numerosos oficiales
pide órdenes a Pérez Jiménez para "aplastar la conspiración".
El Presidente grita: "¡Esperen!". Ha enviado a Cova Rey a
una ronda por los cuarteles para conocer la situación. El mayor
regresa con malas noticias. "Los comandantes desconfían de sus
subalternos y éstos de los jefes. Ya ni siquiera se puede contar con
la lealtad del batallón Bolívar". Pérez Jiménez se derrumba.
Ahora sólo piensa en huir. Envía a un oficial a preparar una
embarcación en La Guaira. A los 15 minutos le dicen: "Imposible,
el destructor Brión domina el Litoral". Entonces envía a Cova
Rey a preparar el avión presidencial en La Carlota (Caracas)
mientras envía un mensaje a la Comandancia de la Marina: "Dígales
que yo me voy. Que me den tiempo a recoger a mi familia y salir para
La Carlota".
Así se hace. Una
hora después el avión presidencial, llamado popularmente La Vaca
Sagrada, levantó vuelo hacia Santo Domingo.
Por Radio habló Fabricio Ojeda para exaltar la victoria del pueblo y el país descubrió quién presidió la misteriosa Junta Patriótica, que desde la clandestinidad había dirigido la heroica y victoriosa insurrección del pueblo y sus entonces Fuerzas Armadas.
Por Radio habló Fabricio Ojeda para exaltar la victoria del pueblo y el país descubrió quién presidió la misteriosa Junta Patriótica, que desde la clandestinidad había dirigido la heroica y victoriosa insurrección del pueblo y sus entonces Fuerzas Armadas.
Erika Rodriguez
Mileidi Fuentes
Facilitadoras
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