(Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral; Sevilla, 1716 -
isla de León, Cádiz, 1795) Científico, militar y marino español. Realizó
sus primeros estudios en Sevilla, en el Colegio Mayor de Santo Tomás.
De constitución débil y enfermiza, su padre lo embarcó a los trece años
en el galeón San Luis, para que se fortaleciese con el cambio de aires y
de vida, navío en el que zarpó de Cádiz rumbo a Cartagena de Indias, y
con el cual regresó a Cádiz en septiembre de 1732.
Tras esto, se presentó a examen en la Academia de
guardiamarinas de Cádiz, consiguiendo una plaza el 28 de noviembre de
1733, y un destino en el navío Santa Teresa, el cual, junto a otros,
debía de escoltar las tropas de infantería que salían de Barcelona en
1734 para auxiliar al Infante de Nápoles don Carlos (el futuro Carlos III de España), que se encontraba en guerra con el imperio austriaco.
La Academia de París quiso zanjar el problema de las
dimensiones de la Tierra, y para ello nombró dos comisiones, una que
iría a Laponia y otra a Ecuador, con el objetivo de medir un arco de
meridiano. La segunda comisión fue autorizada por Felipe V por solicitud del monarca francés, Luis XV.
Los oficiales españoles que habían de acompañar a la misión francesa
fueron Antonio de Ulloa y Jorge Juan y Santacilia, con 19 y 21 años de
edad respectivamente, y que fueron elevados al rango de tenientes de
fragata.
Se embarcaron el 28 de mayo de 1735, con la misión añadida de conducir al nuevo virrey del Perú, José Antonio de Mendoza Caamaño y Sotomayor,
con quien llegaron a Cartagena de Indias el 9 de julio de 1735. Allí
formaron la comisión junto a los científicos franceses Godin, Bouguer y
La Condamine, e iniciaron los estudios el 29 de julio. Las experiencias
de este viaje se registraron en la Relación histórica del viaje a la América meridional,
que contiene mapas, descripciones de países y noticias del virreinato
del Perú, y que se tradujo a casi todas las lenguas europeas.
De regreso a España, y habiendo embarcado en un
navío francés, fue apresado por los ingleses. Tras una serie de
dificultades, al llegar a Inglaterra fue puesto en libertad y se le
restituyeron sus papeles. En Inglaterra, Ulloa aprovechó su estancia
para completar sus conocimientos y, por medio del ministro de Estado,
conde de Harrington, que había sido embajador en Madrid, fue presentado a
Martin Folkes, presidente de la Royal Society. Ulloa asistió a las
reuniones de la Sociedad y fue propuesto socio de la misma el 15 de mayo
de 1746. El 29 del mismo mes, el presidente comunicó un largo extracto
de las Observaciones de Ulloa en el Perú, y el 11 de diciembre fue elegido miembro.
Poco después volvió a España, y se reunió en Madrid con
Jorge Juan y Santacilia. Tras vencer la indiferencia inicial de la corte
y conquistar el interés del marqués de la Ensenada, Jorge Juan y Ulloa prepararon la publicación de las memorias e informes del viaje. Jorge Juan se encargó de redactar las Observaciones astronomicas y fisicas, y Ulloa de la Relación histórica del viaje a la América meridional.
Terminada ya la edición del tomo de las Observaciones y de los cuatro de la Relación histórica,
en 1749 el marqués de la Ensenada envió a Ulloa a un largo viaje por
Francia, Suiza, Flandes, Holanda, Alemania, Rusia y los países del
Báltico, con instrucciones reservadas relativas a la adquisición de todo
tipo de informes técnicos y científicos. En París asistió a las
reuniones de la Academia de Ciencias, de la que era correspondiente, y
estudió la organización y funcionamiento de dicha institución. En Suecia
trató a diversos científicos y al rey Adolfo Federico II, y fue
nombrado posteriormente miembro de la Academia de ciencias Sueca. En
Berlín conoció a Pierre Louis Maupertuis, entonces presidente de la Academia de Ciencias.
En 1758 fue nombrado gobernador de Huancavélica (Perú) y
superintendente de su célebre mina de mercurio, en la que pretendió
aplicar sus conocimientos y experiencias e introducir reformas
administrativas; sin embargo, sus consejos no fueron escuchados,
viéndose además obligado a defenderse de acusaciones de abuso de
autoridad. Durante este período realizó una Relación y superintendencia de la Real mina de azogues de la villa de Guancavélica (1758).
Cuando, por el tratado de Fontainebleau, se cedió a
España la soberanía de la Luisiana Meridional, Ulloa, por orden de
Carlos III, fue designado gobernador de este territorio (1765), puesto
en el que luchó con grandes inconvenientes y en el que permaneció poco
tiempo. Se le nombró, asimismo, gobernador de Florida occidental en
1766. Diez años después fue nombrado comandante de la flota de Nueva
España, cargo que Ulloa desempeñó por última vez. Durante el tornaviaje a
la península, que tuvo lugar en 1778, observó en alta mar un eclipse
total de sol, que dio lugar a la oportuna publicación.
La
guerra de la Independencia de Estados Unidos, a la que España acababa
de sumarse, supuso de nuevo su salida a la mar al mando de otra flota.
Fue ésta una campaña desgraciada que costó a Ulloa un largo expediente y
un consejo de guerra y, a consecuencia de ello, aunque fue declarado
inocente, nunca se recuperó del todo su prestigio militar. Volvió a
España en 1772, y en esa época preparó para la imprenta las Noticias americanas,
que tuvieron gran aceptación en Europa. El resto de su vida transcurrió
en Cádiz de modo casi ininterrumpido. En 1779 fue ascendido a teniente
general de la Armada, y realizó dos cruceros, uno a Azores y otro al
cabo Espartel.
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