Militar y
político tachirense, presidente de la República (1899-1908) e iniciador
de una nueva y larga hegemonía en la historia política de Venezuela: las
de los Andinos (1899-1945). Hijo de José del Carmen Castro, agricultor
de mediana posición y de Pelagia Ruiz. Después de realizar sus primeros estudios en su pueblo natal y en la ciudad de San Cristóbal prosiguió su formación en el Colegio Seminario de Pamplona, Colombia (1872-1873).
No obstante,
dada su inclinación hacia la política, desatiende la educación formal
para iniciarse en el conocimiento de los postulados del movimiento
liberal colombiano. En tal sentido, no sólo examinó los escritos de sus
dirigentes más progresistas, entre ellos el poeta y panfletario José
María Vargas Vila, sino que asistió como espectador a las
concentraciones masivas del partido liberal de ese país. Finalmente,
abandonó la carrera eclesiástica para retornar a San Cristóbal donde empezó a trabajar como dependiente de la casa Van Dissel, Thies y Cía, empleo que dejó para incursionar de manera definitiva en el mundo de la política.
En 1876 se opuso a la candidatura del general Francisco Alvarado a
la presidencia del estado Táchira. En 1878 trabajó como administrador
del periódico El Álbum cuando participó en la toma de San Cristóbal
junto con un grupo de autonomistas que rehusaban a someterse a la
autoridad del nuevo presidente del estado. En 1884, como consecuencia de
un incidente con el párroco de Capacho, el padre Juan Ramón Cárdenas,
fue encarcelado en el retén de San Cristóbal de donde se fuga, a los 6
meses, para refugiarse en Cúcuta. Allí conoció a su futura esposa, la
joven Zoila Rosa Martínez, conocida posteriormente como doña Zoila. Dos
años después regresó al Táchira, acompañando las fuerzas invasoras de
los generales Segundo Prato, Buenaventura Macabeo Maldonado y Carlos
Rangel Garbirias,
quienes, una vez más, enarboló la bandera autonomistas frente a los
atropellos del gobernador de la sección del gran estado Los Andes,
general Espíritu Santo Morales.
Durante el desarrollo de esta invasión, Castro derrotó al coronel Evaristo Jaimes en
Capacho Viejo y al propio gobernador Morales en Rubio, lo que le valió
ser ascendido a general y convertirse en un importante figura política
dentro del gran estado Los Andes. Según lo refiere la tradición
histórica, fue en el entierro de Evaristo Jaimes – quien murió en combate – que Castro conoció a Juan Vicente Gómez su futuro compadre y compañero de armas. En 1888, cuando Carlos Rangel Garbiras fue
designado presidente del gran estado Los Andes, Castro accedió a la
gobernación de la sección Táchira, posición desde la cual comenzó a
construir su propia base de poder regional.
En 1890 se
encargó de la Comandancia de Armas y posteriormente es electo diputado
por la sección Táchira al Congreso Nacional. La actuación de Castro en
el Parlamento le permitió darse a conocer entre las esferas políticas
caraqueñas, y en especial en el círculo del entonces presidente Raimundo Andueza Palacio, con quien comulgó en sus planes continuistas. Con el objeto de apoyar
de manera efectiva a Andueza regresó Castro al Táchira en marzo de 1892,
donde recibe la colaboración de Juan Vicente Gómez, Emilio Fernández y
Francisco Antonio Colmenares Pacheco, con quienes organizó un ejército
para enfrentarse a la Revolución Legalista que se había fomentado en
todo el país, y que tuvo entre sus principales jefes a Joaguín Crespo.
Luego de exitosos combates en Palmira y San Juan de Lagunillas, entró a Mérida con la intención de marchar hacia Caracas, pero el avance de Joaquín Crespo contra las fuerzas anduecistas,
indicativo de una masiva victoria de la revolución, lo obligó a
desistir en su apoyo a Andueza. Por tal motivo, marchó al exilio y
permaneció 7 años (1892-1899) en la hacienda Los Vados, en las cercanías
de Cúcuta, mientras Gómez se estableció en una finca vecina.
En 1898 a medida que aumentó la desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio Andrade, creció el dinamismo de los partidarios de Castro, que a la postre
formaron un Comité Revolucionario. A principios de 1899, luego de
conversaciones infructuosas con Rangel Garbiras,
con el fin de realizar una acción conjunta, Castro decidió organizar
junto con Juan Vicente Gómez y otros copartidarios, la denominada Revolución Liberal Restauradora, que comenzó con la invasión del territorio nacional, el 23 de marzo de
1899. Dicho movimiento revolucionario triunfó luego de librarse algunos
combates, por lo que el presidente Andrade abandonó el país ante el
incontenible avance de Castro, quien finalmente entró en Caracas el 22
de octubre de 1899 encargándose de la presidencia de la República hasta
diciembre de 1908.Una vez en el poder Cipriano Castro tuvo que afrontar
una fuerte oposición política por parte de sectores tanto nacionales
como internacionales.
En tal
sentido, tenemos el estallido de la Revolución Libertadora (1901-1903),
liderada por el banquero Manuel Antonio Matos y que contó con el apoyo
financiero de compañías extranjeras; el bloqueo de las costas
venezolanas por parte de las armadas de Inglaterra, Alemania e Italia
(diciembre 1902-febrero 1903) que motivó la célebre proclama de Castro:
«Venezuela, la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado
suelo de la patria»; y «La Conjura» (1907), complot palaciego que se
generó en torno a su ausencia del gobierno por motivos de salud. En
síntesis, para poder superar la oposición a su gobierno y consolidarlo,
Castro tuvo que liquidar los centros dispersos de poder político
(caudillos) y preparar el advenimiento de un régimen plenamente
autoritario, lo que no dejó de provocar la reacción de ciertos sectores
separados del poder. En noviembre de 1908 con el objeto de someterse a
una riesgosa operación quirúrgica en Alemania, dejó en el poder
transitoriamente al vicepresidente de la República, general Juan Vicente
Gómez; quien aprovechó las circunstancias para dar un incruento golpe
de Estado, el 19 de diciembre de ese año.
Una vez
alejado del poder y negada la posibilidad de regresar a Venezuela,
Castro sufrió el acoso de las potencias resentidas por la política que
mantuvo hacia ellas durante los 8 años que estuvo en el poder. Al
carecer de los recursos para efectuar una invasión armada, se marchó a
Madrid para luego convalecer de su operación en París y en Santa Cruz de
Tenerife.
A
fines de 1912 pretendió pasar una temporada en Estados Unidos, pero fue
apresado y vejado por las autoridades de inmigración y obligado a
marcharse en términos perentorios (febrero 1913). Finalmente se
estableció en Santurce, Puerto Rico (1916), bajo una estrecha vigilancia
por parte de espías enviados por Juan Vicente Gómez. En 1917, a pesar
de sus pésimas relaciones con el gobierno de Estados Unidos,
funcionarios de este país, disgustados por la actitud neutral de Gómez
ante los sucesos de la Primera Guerra Mundial, establecieron contacto
con él para que encabezara una posible reacción en contra del gobierno
venezolano, lo que no obstante rechazó. Murió en Puerto Rico en 1916.
Sus restos reposaron en el cementerio de San Juan de Puerto Rico hasta
el 25 de mayo de 1975, cuando fueron repatriados e inhumados en un
mausoleo de su pueblo natal. Posteriomente el 14 de febrero de 2003 sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional. FACILITADORA: MILEIDI FUENTES
VILLA DIGNIDAD MER29